Entre las funciones asignadas al Observatorio del Cambio Climático y la Energía de Tenerife destacan la de analizar los estudios de mayor relevancia sobre el cambio climático y sus impactos derivados en la isla de Tenerife. En este espacio se publicarán los datos más relevantes y los efectos a lo largo del tiempo en la isla.
Especial relevancia en este sentido tienen los estudios realizados por el Dr. José Luis Martín Esquivel, biólogo centrado en la conservación de los ecosistemas de la flora y la fauna en el Parque Nacional del Teide, por haber dedicado su tiempo al estudio del cambio climático en Tenerife.
Las investigaciones de este autor, en colaboración con el Dr. Emilio Cuevas, director del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, y con el Dr. José Bethencourt de la Universidad de La Laguna, han permitido evaluar la magnitud del calentamiento climático de toda la isla de Tenerife por vez primera en 2010. Sus resultados fueron publicados en 2012 por la revista científica Climatic Change (Assessment of global warming on the island of Tenerife, Canary Islands Spain. Trends in minimum, maximum and mean temperatures since 1944. Climatic Change, 114(2), 343-355).
Al año siguiente repitieron la evaluación en la isla de Gran Canaria, junto a un equipo de expertos entre los que estaba el Dr. Pedro Dorta de la Universidad de La Laguna y los doctores Pablo Mayer y Ángel Luque de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. En esta ocasión fue la revista internacional Atmospheric and Climate Sciences quien publicó los resultados (Temperature trends on Gran Canaria Canary Islands. An example of global warming over the subtropical Northeastern Atlantic. Atmospheric and Climate Sciences).
Temperaturas
Ambos estudios desarrollaron una metodología de medición a partir de los datos de las estaciones meteorológicas de la AEMET que permite obtener representaciones gráficas de cuánto se desvía la temperatura de cada año de lo normal, que es lo que se denomina “anomalía térmica” y así cuantificar la magnitud del cambio climático año a año. Esto permite hacer un seguimiento continuado de cómo avanza el cambio climático en la isla y en cada uno de sus municipios, así como cuales son los cambios más importantes que se producen cada año.
La aplicación de este método a los datos de 2020 permite concluir que el calentamiento en Tenerife tenía entonces un crecimiento sostenido a un ritmo de 11 décimas de grado por década. Es decir que, de continuar el calentamiento a esta velocidad, a finales del presente siglo la temperatura en Tenerife sería hasta 1,7 grados más alta que la que había a mediados del siglo pasado.
El año 2020 fue el segundo año más caliente de toda la serie analizada, con una anomalía térmica en la temperatura media del año de 1,25 grados por encima de lo normal. Esta anomalía térmica media no se repartió igual por todos los municipios, mientras en unos fue más alta -mayor incluso de los 2 grados en el Puerto de la Cruz-, en otros fue menor. Incluso hubo municipios donde la anomalía térmica fue de enfriamiento (Santiago del Teide, El Tanque, Buenavista y Los Silos).
Municipios que en el año 2020 registraron una anomalía térmica más alta (rojo oscuro) y más baja (naranja claro). Anomalía térmica en la temperatura media anual de los distintos municipios de Tenerife en 2020, ordenados de mayor a menor, e intervalos de confianza
El código de barras del calentamiento son gráficos de visualización de datos que utilizan una serie de franjas de colores ordenadas cronológicamente para visualizar las tendencias de temperatura a largo plazo. Se basan únicamente en un gradiente de colores de azul (frío) a calor (rojo) para evitar distracciones técnicas y transmitir intuitivamente las tendencias del calentamiento global a no científicos.
Fueron desarrollados por el climatólogo Dr. Ed Hawkins de la Universidad Británica de Reading (ver https://showyourstripes.info/s/globe) y permiten observar en el caso de Tenerife que los años recientes son de colores más cálidos (rojos) que los años más antiguos de colores más fríos (azules), evidenciando un calentamiento importante en las últimas décadas.
El calentamiento climático está siendo más acusado en las cumbres de la isla que en las medianías y zonas bajas. Por ejemplo, en el Parque Nacional del Teide es de 17 décimas de grado por década, prácticamente el doble de la del resto de la isla, lo cual explica que cada vez haya menos días de nieve, la temperatura media este a menudo por encima de los 12 grados y las temperaturas por debajo de los cero grados son cada vez menos abundantes. Desde hace pocos años ya se han registrado incluso noches tropicales en el Teide, es decir, noches donde la temperatura mínima no desciende de 20 grados.
La animación adjunta muestra cómo la temperatura ha ido aumentando con el paso de los años y cómo el calentamiento en la cumbre avanza de oeste a este en la base del pico, y de la base a la cumbre en el mismo pico.
Precipitaciones
El cambio climático puede conllevar igualmente alteraciones en el régimen de precipitaciones, por lo que es importante desarrollar también un seguimiento como el que se refleja en los párrafos anteriores para las temperaturas medias.
En concreto, la aplicación del método del apartado anterior a los cambios en la pluviosidad muestra una tendencia regresiva que en 2020 era de -10,2 litros/m2 por cada década. Esto significa que, de mantenerse esta tendencia, a final de siglo la precipitación anual podría ser 159 litros/m2 menos que la que había a mediados del siglo pasado. Según este análisis, 2020 fue el sexto año más seco de la serie y con él habría habido ya seis años continuados donde llovió menos de lo normal.
No obstante, hay que precisar que las observaciones en materia de precipitación presentan una mayor incertidumbre que para el análisis de temperaturas, por la variabilidad natural que las lluvias presentan en series temporales largas. En los datos ofrecidos, la serie parte del año 1944, época en que ya se disponía de un mayor número de datos registrados. Pero se da la circunstancia de que las décadas de 1950 y 1960 fueron bastante más lluviosas -más la de los años 50- de lo que se puede considerar “normal” para la isla, lo que incrementa la apariencia de que se está produciendo un descenso de las precipitaciones desde mediados del siglo XX. Si acudiéramos a series de datos de décadas anteriores a los años 50, aunque éstas sean más pobres en información, se puede apreciar que las precipitaciones fueron menos cuantiosas que las de 1950 a 1970.
El código de barras de las precipitaciones muestra cómo los colores marrones – propios de años secos – predominan en los años más recientes, mientras que los colores turquesa – propios de años lluviosos -, predominan en los años antiguos.
A continuación, pueden consultarse las gráficas obtenidas en el análisis arriba mencionado para el año 2020 en formato presentación PDF. Para comprender e interpretar dichas gráficas se recomienda la lectura de este PDF explicativo.
La información expuesta a continuación se corresponde con un estudio realizado por la bióloga Tatiana Luis Álvarez y el biólogo José Luis Martín Esquivel, en el que se actualiza a 2021 la serie de datos hasta 2020 expuesta en el apartado anterior. Dicho estudio aporta como novedad un desglose por municipios y por espacios naturales, gracias a la aplicación de nuevos datos obtenidos a partir del modelo matemático utilizado, que constituye una forma de análisis pionera en este campo del conocimiento.
El calentamiento medio en Tenerife entre 1944 y 2021 fue de 0,11 grados por década. La temperatura media anual se elevó en este periodo +0,85 °C y si la actual tasa de calentamiento se mantiene, seguirá subiendo hasta acumular +1,7 °C en el año 2100. Sin embargo, el calentamiento no está siendo constante y se está acelerando, hasta el punto de que si se mantuviera en las próximas décadas el ritmo que se aprecia desde 1970, el aumento acumulado de temperatura en 2100 podría llegar a ser de +2,2 °C.
A la par que aumentó la temperatura, las precipitaciones anuales disminuyeron a una tasa de -7,1 litros/m2/década. Desde 1944 hasta la actualidad se han perdido 55 litros por metro cuadrado de lluvia en el acumulado anual de precipitaciones., aproximadamente un 14 %. Esta disminución podría llevar duplicarse en 2100 si la tendencia regresiva en las precipitaciones si se mantuviera al ritmo actual.
El año 2021 fue el cuarto más cálido y el sexto más seco de toda la serie analizada y representa el tercer año consecutivo donde las temperaturas y las precipitaciones sobrepasan lo que podría considerarse su variabilidad natural, en el primer caso por exceso y en el segundo por defecto. El clima en Tenerife se está volviendo cada vez más seco y cálido y su evapotranspiración potencial es cada vez mayor, hasta el punto de que en 2021 tuvo el tercer registro más alto de toda la serie.
El calentamiento está siendo esencialmente nocturno y se concentra sobre todo en las cumbres y en primavera y otoño. Los registros en las Cañadas del Teide de la temperatura media en primavera son realmente alarmantes, pues muestran una tendencia que de mantenerse podría hacer subir la temperatura en 2100 hasta cinco grados más que la que había en el año 1970. Las lluvias en la cumbre también decayeron y con este año de 2021 van ya siete años continuados donde llueve mucho menos de lo normal. Los meses de mayo y octubre son los que registraron un mayor incremento de la temperatura. De hecho, la temperatura de octubre fue la tercera más alta de este mes en todos los registros. En las cumbres de la isla fue la segunda más alta.
Solo seis municipios de la isla registraron anomalías negativas; en todos los demás esta fue positiva. Los municipios de Vilaflor de Chasna y Puerto de la Cruz registraron la anomalía térmica más alta en 2021, aproximadamente +1,5 grados por encima de lo normal, mientras que Los Silos tuvo la anomalía más baja, aproximadamente -0,76 grados. Sin embargo, la mayor tendencia de calentamiento se concentró en La Orotava (probablemente porque una parte significativa de este municipio abarca las cumbres de la isla), seguida de La Guancha, Icod de los Vinos y San Juan de la Rambla. El municipio con menor tasa de calentamiento fue El Sauzal.
El Parque Nacional del Teide es el espacio donde se registró la anomalía de temperatura más alta en 2021, y dentro de él, el Monumento Natural del Teide. Esto no sorprende, pues este espacio sumital muestra la mayor tasa de calentamiento de todos los espacios naturales protegidos de Tenerife. La anomalía de temperatura más baja estuvo en tres espacios del noroeste de la isla: -0,65 °C en el Roque de Garachico, -0,51 °C en los Acantilados de la Culata y -0,40 °C en el Parque Rural de Teno.
A continuación, se muestra un resumen de las principales conclusiones obtenidas por la bióloga Tatiana Luis Álvarez y el biólogo José Luis Martín Esquivel es su estudio sobre la evaluación del Cambio Climático en Tenerife en el que se actualiza a 2022 los datos obtenidos en el apartado anterior.
El calentamiento medio en Tenerife entre 1944 y 2022 fue de 0,11 grados por década, similar al del año pasado. La temperatura media anual se elevó en este periodo +0,86 °C, y si la actual tasa de calentamiento se mantiene, subirá otro tanto hasta acumular +1,7 °C en el año 2100. El calentamiento se está acelerando, si en las próximas décadas se mantuviera el ritmo que lo hace desde 1970, el aumento acumulado de temperatura en 2100 podría llegar a +2,3 °C.
Autor: Dr. José Luis Martín Esquivel
A la par que aumentó la temperatura, las precipitaciones anuales disminuyeron a una tasa aproximada de -7,1 litros/m2/década. Sin embargo, este año no es posible confirmar esta cifra pues en 2022 llovió más que el año pasado (salvo en las cumbres), suavizando la pertinaz sequía que ya duraba años. Como consecuencia, la tendencia ha dejado de ser tan regresiva y este año no es lo suficientemente robusta en términos estadísticos como para ser concluyente.
El año 2022 fue el tercer año más cálido de toda la serie analizada y representa el cuarto año consecutivo donde la temperatura sobrepasa lo que podría considerarse su variabilidad natural. En cuanto a las precipitaciones, gracias a las lluvias de este año -en especial las caídas en el mes de septiembre-, el año 2022 no puede considerarse un año seco como venían siendo los anteriores. De modo que el clima del año 2022 se puede considerar húmedo y cálido, pero esto no quita que, en términos generales, cuando se analizan los datos desde 1944 se concluya que el clima en Tenerife se está volviendo cada vez más seco y cálido. A pesar de las lluvias, la evapotranspiración potencial de 2022 fue la tercera más alta desde 1944 y desde entonces hasta hoy ha aumentado 52 mm, pero previsiblemente aumentara otros 36 mm a final de siglo.
El calentamiento está siendo esencialmente nocturno y se concentra sobre todo en las cumbres, y en primavera y otoño. Los registros en las Cañadas del Teide de la temperatura media en primavera y otoño son realmente alarmantes, pues muestran una tendencia que, de mantenerse, podría elevar la temperatura en 2100 más de cinco grados con respecto a la que había a principios de siglo. Los meses de mayo, noviembre y diciembre son los que registraron un mayor incremento de la temperatura. De hecho, la temperatura de noviembre fue la tercera más alta en todos los registros de ese mes, la de diciembre la quinta más alta y la de mayo la séptima más alta de la serie completa. Las lluvias en la cumbre también decayeron y con este año de 2022 van ya ocho años continuados de anomalías negativas.
Tres municipios de la isla registraron anomalías negativas en la temperatura, mientras que en los demás fue positiva. Vilaflor y Santa Cruz fueron los que registraron una mayor anomalía térmica, mientras que los Silos tuvo la anomalía más baja. Sin embargo, la mayor tendencia de calentamiento se concentró en La Orotava y la menor en El Sauzal.
La Reserva Natural Integral de Ijuana fue el espacio donde se registró la anomalía de temperatura más alta en 2022, y la reserva Natural Especial de Chinyero fue el espacio que tuvo la anomalía más baja. Conviene llamar la atención sobre la punta de Anaga, donde se ubica la mencionada Reserva de Ijuana, pues es una zona que progresivamente se está calentando mucho, no tanto como en el Parque nacional del Teide, pero con valores ya destacados.
Las estaciones meteorológicas son la fuente de datos para medir el cambio climático. Sin embargo, para que los datos que éstas generan puedan ser útiles deben cumplir algunos requisitos en cuanto a precisión y ubicación que eviten perturbaciones ajenas a la evolución natural de las temperaturas.
Por ejemplo, no deben estar instaladas sobre superficies asfálticas o infraestructuras que puedan afectar a la irradiación de calor del suelo, deben estar libres de la influencia de sombras temporales por edificios, arboles, etc. Los sensores deben estar todos a alturas predeterminadas internacionalmente consensuadas, etc.
El programa internacional GCOS (Global Climate Observing System) de la Organización Mundial de Meteorología permite establecer los criterios básicos para realizar estas mediciones y son un referente que deben aplicar todas las estaciones. Es particularmente importante que las mediciones de la temperatura media se obtengan a partir de los valores máximos y mínimos de cada día, emulando los antiguos “termómetros de Six”, para asegurar una continuidad coherente entre los registros analógicos antiguos y las actuales mediciones digitales.
Estación de Risco Verde en el Parque Nacional del Teide, construida según los estándares de medición GCOS