Ecosistemas Terrestres y Medio Natural

Cambio Climático en Tenerife

Efectos del Cambio Climático sobre los Ecosistemas Terrestres y el Medio Natural

El cambio climático altera profundamente los equilibrios naturales que sostienen la biodiversidad y los ecosistemas terrestres. Factores clave como el aumento de las temperaturas, los cambios en las precipitaciones y la mayor frecuencia de fenómenos extremos generan una cascada de impactos: las especies se ven obligadas a desplazarse, se incrementa el estrés hídrico en los hábitats, y se favorece la proliferación de plagas y especies invasoras. Estos cambios ponen en riesgo la estabilidad de los ecosistemas y amenazan los servicios esenciales que estos proporcionan, como la regulación del ciclo del agua y el almacenamiento de carbono.

En regiones insulares como Tenerife, estas transformaciones son especialmente críticas debido a la limitada disponibilidad de hábitats y la dependencia de condiciones climáticas específicas. El diseño piramidal de la isla reduce las opciones para que las especies encuentren zonas adecuadas a mayores altitudes, provocando la contracción de hábitats únicos, como el monteverde y el retamar de cumbre. Esta situación afecta tanto a la biodiversidad como a la capacidad de los ecosistemas para sostener actividades humanas, subrayando la urgencia de implementar estrategias de conservación y adaptación.

Principales Impactos en los Ecosistemas Terrestres

El desplazamiento de especies hacia zonas más elevadas en busca de temperaturas más bajas está alterando las comunidades vegetales y animales de Tenerife. Sin embargo, la reducción de espacio disponible a mayores altitudes limita la adaptación de ecosistemas únicos, llevando a la posible pérdida de biodiversidad en hábitats como el pinar y los ecosistemas de cumbre. Este fenómeno está acompañado por un aumento de la evapotranspiración, que exacerba el estrés hídrico en las plantas y genera una mayor presión sobre los recursos hídricos, especialmente en las zonas de medianías y costeras.

Un estudio de los botánicos Dr. Marcelino del Arco y Dr. Víctor Garzón, de la Universidad de La Laguna, mostró como el destino natural de evolución de los pisos de vegetación en Tenerife era el que se indica en la figura adjunta:

Desplazamiento de la vegetación

Desplazamiento de la vegetación con la altura como consecuencia del cambio climático, según Del Arco M. & Garzón, V. 2012. Estudio predictivo de distribución de los pisos de vegetación en Tenerife y Gran Canaria, para diferentes escenarios de Cambio Climático. Proyecto Climaimpacto. Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático

La consecuencia de estos cambios en la vegetación del Parque Nacional del Teide es que el pinar acabará entrando dentro de este espacio protegido, a medida que el retamar de cumbre se retrotrae a cotas más elevadas en el Pico Teide, como muestra esta representación idealizada de la obra; Martín-Esquivel, J-L- & MJ Pérez-González. 2019. Cambio Climático en Canarias. Edit. Turquesa.

Pinar retamar escenario

Además, el cambio climático facilita la expansión de especies exóticas e invasoras, así como de plagas agrícolas y forestales, que desplazan a las especies nativas y alteran los equilibrios ecológicos. Estas invasiones representan un riesgo para la flora y fauna local y requieren medidas específicas para su control y gestión.

Ecosistemas Marinos y Costas

El cambio climático también afecta significativamente a los ecosistemas marinos y costeros. El aumento de la temperatura del océano y la acidificación están alterando las comunidades marinas, favoreciendo la llegada de especies tropicales y afectando a las especies adaptadas a climas templados. Estos cambios no solo alteran la biodiversidad marina, sino que también impactan en actividades humanas como la pesca y el turismo, esenciales para la economía insular.

Acciones Necesarias

Para mitigar estos impactos se proponen una serie de medidas:

  • Restauración de hábitats degradados para mejorar su resiliencia frente al cambio climático.
  • Control y eliminación de especies invasoras que amenazan los ecosistemas nativos.
  • Adaptación de los planes de gestión territorial y marítima para integrar la biodiversidad y los efectos del cambio climático.
  • Promoción de la investigación científica para monitorear los cambios en los ecosistemas y desarrollar estrategias basadas en evidencia.