Adaptación

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Adaptación

La lucha contra el cambio climático se basa en dos estrategias fundamentales: la mitigación y la adaptación. La adaptación se enfoca en minimizar los impactos de los cambios climáticos en las personas, infraestructuras y ecosistemas, reduciendo su riesgo. A través de herramientas como los planes de adaptación y los refugios climáticos, se pueden diseñar estrategias eficaces para hacer frente a este desafío global.

Refugios Climáticos Urbanos

Los Refugios Climáticos Urbanos son lugares especialmente diseñados para ofrecer resguardo a la población frente a los efectos del cambio climático, especialmente las altas temperaturas. En sus orígenes, estos refugios se concebían como edificios públicos climatizados, equipados con espacios de recreación y acceso a agua potable.

Con el tiempo, el concepto ha evolucionado hacia lo que conocemos como Refugios Climáticos Verdes o Naturales. Estos espacios no solo proporcionan protección contra el calor, sino que también contribuyen a la sostenibilidad urbana mediante la creación de parques, zonas verdes y áreas revegetadas en entornos urbanos. Su principal función es reducir las altas temperaturas mediante la sombra y la evapotranspiración, mejorando la calidad del aire, fomentando la biodiversidad y actuando como sumideros de carbono.

Además, los refugios climáticos apuestan por el uso de energías renovables y el autoabastecimiento, garantizando una solución ecológica y autosustentable frente a las crecientes temperaturas urbanas.

Un elemento clave es la creación de corredores verdes peatonales intraurbanos, espacios que conectan las diferentes infraestructuras verdes de la ciudad (jardines y parques, principalmente). Éstos no solo favorecen la movilidad y el acceso a los refugios climáticos, sino que también ayudan a la migración de especies y contribuyen al reverdecimiento urbano, mejorando la salud ambiental y el bienestar de la población.

Tenerife está avanzando en la lucha contra el cambio climático implementando medidas de adaptación al calentamiento global y al aumento de las temperaturas, con diversas iniciativas y proyectos alineados con el concepto de refugios climáticos:

Corredores ecológicos y otras soluciones basadas en la naturaleza

Los Corredores ecológicos son áreas de hábitat natural que conectan fragmentos de ecosistemas, facilitando el movimiento de especies y la diversidad. Estos corredores pueden incluir senderos, áreas boscosas o cualquier tipo de espacio verde que actúe como puente entre hábitats separados.

Gracias a un convenio entre el Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna, se está llevando a cabo el estudio de los Refugios Climáticos Naturales de Canarias (PIMA Refugios Climáticos) y la identificación de corredores ecológicos que conecten los distintos refugios identificados. Este proyecto tiene como fin identificar, delimitar y conectar estos espacios para para su adecuación con los límites de los espacios protegidos de este archipiélago.

Como se mencionó previamente, las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) juegan un papel crucial en la creación de enfoques sostenibles para enfrentar diversos desafíos ambientales. En este sentido, las SbN se presentan como alternativas innovadoras que aprovechan los ecosistemas naturales para promover la adaptación al cambio climático. Su objetivo principal es fortalecer la resiliencia de especies y ecosistemas ante los efectos adversos del cambio climático, mediante medidas que no solo favorecen a la naturaleza, sino que también optimizan la infraestructura verde y mejoran la conectividad ecológica. Esto permite mejorar las respuestas adaptativas de las especies, beneficiando tanto al entorno natural como a las comunidades humanas.

Otras soluciones basadas en la naturaleza son:

Fachadas y cubiertas verdes en los edificios: Instalación de vegetación en las fachadas y techos de los edificios creando jardines verticales o techos ajardinados que mejoran la estética urbana y aportan beneficios ecológicos.

Sistemas de sombreado natural: creación de sombra mediante árboles, arbustos y estructuras vegetales. Estos sistemas pueden incluir pérgolas cubiertas de enredaderas o árboles plantados estratégicamente.

Huertos urbanos: espacios dedicados al cultivo de vegetales, frutas y hierbas que contribuyen a la sostenibilidad y fomentan comunidades resilientes.

En el ámbito legislativo, el decreto ley 5/2024 que modifica la ley 6/2022 de cambio climático y transición energética de Canarias recoge el apoyo al fomento, mejora y perdurabilidad de las infraestructuras verdes y establece que en los instrumentos de ordenación se tendrá en cuenta el desarrollo de soluciones basadas en la naturaleza, en particular, la aplicación del criterio de un mínimo de 10 metros cuadrados de zona verde por habitante y de un árbol por cada tres habitantes.

La adaptación al cambio climático es esencial para mitigar los riesgos asociados a los cambios en la temperatura, las precipitaciones y el nivel del mar. Estas amenazas, identificadas en el Plan Territorial Insular de Emergencias (PEIN) y en los Planes de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES) de los distintos municipios de Tenerife, subrayan la necesidad de una planificación estratégica para salvaguardar a las personas, infraestructuras y ecosistemas frente a los efectos del cambio climático.

Identificación y Evaluación de Riesgos

El cambio climático amplifica fenómenos naturales como riadas, deslizamientos, incendios forestales y temporales costeros, que están estrechamente relacionados con las características geográficas y climáticas de Tenerife. La tipificación de riesgos incluye:

  • Riesgo hidrológico: Riadas e inundaciones.
  • Fenómenos atmosféricos adversos: Olas de calor, lluvias torrenciales, calimas y sequías.
  • Movimientos de ladera: Desprendimientos y deslizamientos.
  • Incendios forestales: Agravados por sequías prolongadas y olas de calor

El análisis de estos riesgos evalúa su probabilidad, severidad y exposición para priorizar medidas de adaptación, fortalecer la resiliencia y reducir los impactos en bienes y personas.

Medidas de Adaptación en Sectores Clave

A continuación, se proponen una serie de acciones adaptativas diseñadas para abordar estos desafíos:

  1. Gestión del Agua: Mejora del almacenamiento y distribución de agua, con tecnologías avanzadas para enfrentar períodos de sequía y garantizar un suministro adecuado.
  2. Infraestructuras Resilientes: Adaptación de carreteras y edificios para resistir fenómenos extremos, incluyendo sistemas de drenaje, barreras contra inundaciones y alertas tempranas.
  3. Conservación de Ecosistemas: Restauración de hábitats degradados y promoción de prácticas agrícolas sostenibles para reforzar la capacidad de los ecosistemas de absorber impactos climáticos.
  4. Educación y Participación Ciudadana: Programas de sensibilización y participación comunitaria para fomentar la comprensión de los riesgos y la colaboración en soluciones

Impactos y Resiliencia

La identificación de los sectores más vulnerables y las zonas de mayor riesgo es clave para establecer protocolos eficaces. Tenerife enfrenta desafíos relacionados con el aumento del nivel del mar, que podría afectar hasta 140 km de costas y playas, además de generar pérdidas económicas sustanciales relacionadas con el turismo. Por ello, es crucial adoptar medidas proactivas que minimicen riesgos y maximicen la resiliencia de las comunidades locales.