La absorción de carbono es un proceso natural en el que ecosistemas como bosques, suelos y cuerpos de agua capturan dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera, reduciendo la concentración de este gas de efecto invernadero clave en el cambio climático. Este mecanismo no solo mitiga el calentamiento global, sino que también mejora la calidad del suelo, fomenta la biodiversidad y refuerza la resiliencia de los ecosistemas frente a fenómenos extremos como sequías, incendios forestales y tormentas.
En España, el Registro de Huella de Carbono, Compensación y Proyectos de Absorción del MITECO regula y promueve proyectos orientados a incrementar los sumideros de carbono mediante reforestación, manejo forestal sostenible y regeneración de suelos agrícolas. Canarias, alineada con estas directrices, ha implementado su propio Registro Canario de Huella de Carbono, destinado a calcular, reducir y compensar emisiones a través de iniciativas adaptadas a las características insulares, como la restauración de áreas degradadas y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles.
En Tenerife, los ecosistemas naturales desempeñan un papel destacado como sumideros de carbono. Sus bosques, especialmente los pinares y el monteverde, capturan aproximadamente 0,423 millones de toneladas de CO₂ al año, lo que representa un 5% de las emisiones de GEI de 1990. Sin embargo, la deforestación, los incendios forestales y el abandono de prácticas agrícolas amenazan esta capacidad, requiriendo medidas urgentes para su conservación y mejora.
Entre las estrategias clave implementadas en Tenerife destacan:
• Reforestación y Restauración: Recuperación de áreas degradadas mediante especies autóctonas, fortaleciendo su capacidad de captura de carbono.
• Prácticas Agrícolas Sostenibles: Técnicas como la agroforestería y la gestión regenerativa de suelos, que mejoran la retención de carbono y apoyan la sostenibilidad económica de las comunidades locales.
• Integración de REDD+: Uso del marco internacional para fomentar la conservación forestal mediante incentivos económicos y sostenibles.
Estos esfuerzos consolidan a Tenerife y Canarias como referentes en la gestión de sumideros de carbono, combinando la protección climática con el desarrollo sostenible. La coordinación entre los niveles local, regional y estatal es esencial para maximizar los beneficios ambientales y sociales, promoviendo un futuro resiliente para las islas.